Los dos cangrejos

Photo by Rod Long on Unsplash

Decía un cangrejo a su hijo que observaba que andaba con las piernas torcidas, defecto del que deseaba se quitase

-Madre mía, respondió el hijo, yo no hago sino lo que veo que hacéis vos. Si andáis de la misma manera, ¿cómo queréis que yo me corrija? Vos debíais haberos corregido primero.

Antes de reprender a otros, debemos procurar corregirnos a nosotros mismos

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*