Napoleón y la máquina infernal

La primera máquina infernal fue usada contra Napoleón. Consistía dicha máquina en un barril lleno de pólvora, colocado en un carro y fuertemente sujeto al mismo, por medio de cuerdas. Alrededor estaba la metralla y una larga mecha fulminante comunicaba con la pólvora.

Dos conspiradores borbónicos que deseaban desapareciese el emperador para ver restaurada la monarquía, perpetraron un horrible atentado en la noche del 14 de Diciembre de 1800, en París.

Asistía aquella noche Napoleón a la presentación de la Ópera. Los conspiradores empujaron el carro previamente preparado por un tal Jorge Cadoudal, llevándolo a la calle Saint Nicaise, y allí esperaron el paso de la comitiva imperial.

En el momento oportuno, aplicaron fuego a la mecha, alejándose a prudente distancia para presenciar los estragos de la explosión. Pero la mecha ardía más lentamente de lo que aquellos monstruos habían calculado. Pasó, pues, la carroza que ocupaba el emperador, y no había rodado gran trecho, cuando se produjo un formidable estampido. En un segundo la calle quedó oscurecida por el espeso y negro humo y el estrépito de cristales y piedras derrumbadas se confundía con los gritos de agonía y de espanto. Veinte personas cayeron muertas y cincuenta y tres, incluso el conspirador que había encendido la mecha fueron horriblemente heridas.

En medio de la noche tranquila en el centro del alegre París, y lejos de los campos de batalla, ocurrió este terrible suceso de estrago y destrucción, que sembró la muerte y el dolor entre indefensas mujeres e inocentes niños y llenó al pueblo de espanto. Por tal razón, dieron los franceses a aquel aparato el nombre de «máquina infernal». De tan grave trance escapó ileso Napoleón, quien en toda su vida pudo verse en mayor peligro.

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