UN joven pastor apacentaba una tarde sus ovejas junto al lago de Van en las Montañas Negras, cuando salieron del agua tres hadas y se pusieron a jugar sobre el césped. Todas ellas eran hermosas con una hermosura nunca vista en rostro mortal; pero la más joven era la más bonita, y el pastor se enamoró de ella locamente, y consiguió hacerla su esposa. El día de la boda, el hada salió del lago Van llevando consigo, como dote, tres vacas, dos bueyes y un toro, y el casamiento se celebró con grande regocijo.
-Ahora ten presente-dijo el hada a su esposo—que si llegas a pegarme tres veces sin motivo, tendré que volver al lago.
El pastor dijo que nunca le pasaría por las mientes ponerle la mano, y así vivieron felices en su hogar y les nacieron tres niños; pero una vez pidió el pastor a su esposa que fuera por un caballo para ir al bautizo, y ella se olvidó de hacerlo, y sin pensar él nada en la amenaza referida, dio a la mujer una manotada en el hombro y le dijo que hiciera lo que le había encargado
-Esta es la primera – dijo el hada.
Poco tiempo después fueron a un casamiento, y el hada, en lugar de regocijarse, estuvo llorando todo el tiempo, ni más ni menos que si estuviera en un entierro y todo el mundo estuviera triste.
– ¿Por qué lloras? -preguntóle el pastor, y le dio un golpe en el hombro.
-Porque el matrimonio resultará desgraciado- contestó ella. – Y repara en que ya me has pegado dos veces.
El pastor puso luego mucho cuidado, porque en realidad, temía mucho el perder a su esposa; pero pasado algún tiempo, en un funeral, ella llamó la atención de la gente porque reía y bailaba tan fuera de lugar. Olvidándose del todo a sí mismo, el pastor le pegó, y le dijo:
– ¿Es éste tiempo para regocijarse?
-Sí, – dijo el hada. -El niño ha dejado las penalidades de la tierra y subido al reino de los cielos. Pero éste es el tercer golpe. ¡Adiós!
Al entrar el hada en el lago de Van, su ganado la siguió, y cuando sus tres hijos fueron mayores volvió a aparecer y les dio el don de curar, por lo cual llegaron a ser todos ellos famosos médicos.
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