A un judío rico que tenía un vecino muy pobre, le dijo un adivino que todas sus riquezas pasarían algún día a manos del pobre, y se impresionó tanto, que lo vendió todo, y con el dinero obtenido compró un gran diamante, el cual lo escondió en el turbante.
– Ahora dijo – mi pobre vecino, nunca obtendrá mi diamante.
Algún tiempo después, estando en el mar, el viento se le llevó el turbante, que cayó en el agua y se hundió.
– De todos modos – pensó el judío – si he perdido el diamante mi pobre vecino nunca podrá cogerlo.
Pero, pocos días después el pobre compró un pez en el mercado y al abrirlo encontró el diamante que el pez se había tragado.
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