Afilaba sus colmillos un jabalí en el tronco de un árbol, y viéndole una zorra, le preguntó por qué causa aguzaba sus dientes, no habiendo necesidad alguna.
-Lo hago, -contesto el jabalí, -por que, teniendo mis armas apercibidas, puedo defenderme siempre que convenga y de otro modo no podría hacer frente a los peligros.
Debemos estar siempre preparados para cuantos incidentes puedan sobrevenir.
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